viernes, 27 de mayo de 2011

La lección.

Después de muchos años conciliando vida familiar y laboral y por tanto con escasez de tiempo, he adquirido una malísima costumbre: voy siempre corriendo a todas partes… incluso cuando paseo.

El caso es que muchas veces, cruzo las calles,  sin esperar que esté el semáforo para peatones en verde. Hace un par de días, estaba en esta situación, cuando a la segunda intentona sin conseguirlo, oí una voz tras de mí que me decía:

-¡Tiene que estar verde para pasar, porque si viene un autobús te atropellará!

Me volví y vi, casi a mi lado, un chaval de unos 15 ó 16 años con su mochila a la espalda, que por su manera de habla y aspecto debía sufrir alguna discapacidad mental y que había estado observando lo que yo hacia.

-¡Es verdad!, si se cruza en rojo puede venir un autobús  o un coche o un camión y cogerte, me repitió.

-¡Tienes razón!, contesté, nunca se debe pasar antes de que se ponga verde, veras…yo es que me he despistado y eso es muy peligroso.

En ese momento cambió la luz del semáforo y caminamos hasta el otro lado de la calle.

Él se despidió diciendo, “adiós señora, y no te despistes o te atropellará un autobús”.

Y yo me fui pensando ¡Anda Marieta, guapa, vaya repaso te acaban de dar! La dedicación y el esfuerzo que habrán hecho los padres y educadores de este jovencito, para ayudarlo a llevar una vida lo más independiente posible, y tú dándole un mal ejemplo…y encima para nada ¡Ellos tienen mucho mérito, pero el chico todavía más!, porque tiene la lección muy bien aprendida y además es capaz de enseñarla a otros…como tú.

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