miércoles, 6 de julio de 2011

No ganamos para sustos

No ganamos para sustos. Ahora resulta que el atún no es tan saludable como nos decían, y no por culpa del animalito, sino por la cantidad de basura que le hacemos tragar. Después de años de publicidad alabando sus virtudes, se da a conocer que son portadores de  mercurio, algo tan nocivo, que supera con creces las ventajas que su consumo pudiera aportar.

Y qué decir de las espinacas, más de lo mismo, ya decía yo que a Popeye le veía algo raro. También la soja está bajo sospecha, ahora que estamos saturados de ella. Otro alimento anunciado como eficaz antioxidante, las bayas de goji, parece ser que son bombas de contaminación. El brécol no tiene tantas propiedades anticancerígenas como se aseguraba. El niño que coma mucho pollo, corre el riesgo de quedar estéril por la cantidad de hormonas que contiene, y eso que es la primera carne  que se les da a los bebes. La relación de alimentos beneficiosos,  que al final no lo son tanto, continúa…

No sé,  pero me parece que detrás de todas estas cosas hay un interés económico de las grandes industrias de alimentación y farmacéuticas. Primero nos machacan promocionando una lista de productos con efectos sanos para la salud, -que avalan con estudios que nadie sabe a ciencia cierta, quién ha pagado-,  y a los pocos años, otros estudios los echan por tierra. Pero no hay que preocuparse, porque desde luego, al cabo de un tiempo se volverán a realizar investigaciones, que tendrán  resultados favorables, y  que rehabilitarán aquellos alimentos o medicamentos, que fueron defenestrados. Vamos que nos llevan del bienestar a la alarma, según les convenga, como si estuviéramos en una noria.

Lo que está claro es que como no cuidemos, desde ayer, el medio ambiente,  y controlemos la contaminación, al final no nos va a hacer falta ningún estudio, porque todo va a ser lo mismo…una porquería.

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