Ando un poco mosqueada, enfadada, cabreada y todo lo que termine en ada y sea sinónimo de impotencia.
Yo sé, desde hace muchos años, que cuando se trata de gestiones con la Administración pública hay que armarse de paciencia, porque es milagroso llegar y besar el santo, para empezar en parte es culpa nuestra porque nos acercamos a ella con una alta ignorancia de su funcionamiento, pero en los tiempos que corren y con los medios –mejores o peores- que tienen en todos los organismos oficiales, me parece penoso que para obtener un documento o realizar un trámite sencillo, se tarde entre pitos y flautas, un mes o más.
Y ya no es solo la espera, son las vueltas que te hacen dar porque no te informan correctamente, pides cita previa y aún así tienes que hacer cola, las fotocopias no son las que necesitan, la falta de conexión entre organismos hace inacabable cualquier gestión porque se multiplican las trabas y el tiempo corre, etc. etc. ...Cuando les interesa te tienen más que localizado, pero cuando no, ¡lo que cuesta demostrar quién eres o simplemente que tu hija es tu hija y vive contigo desde que nació!
Y el colmo de los colmos, el mismo funcionario que me atiende me dice que si conozco a alguien el asunto iría más rápido. Y digo yo ¿Cuándo se va a acabar lo del enchufe? ¿El que no conoce a nadie se tiene que fastidiar y quedarse para el último? Pues que vayan pasando, que se le va a hacer, yo mientras tanto, voy a repasar entre mis conocidos a ver si encuentro a alguien que me solucione la papeleta.
Esto no hay quien lo cambie, lo llevamos en la sangre. ¡Vuelva Vd. mañana!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.