¡Qué bien! La noche pasada estuvo lloviendo, cuando he
salido esta mañana a la calle se notaba el fresquito, la temperatura ha bajado
un poco, y el olor a tierra mojada era muy agradable –aunque tierra, lo que se
dice tierra, hay bien poca a mi alrededor, casi todo es asfalto-.
Y a propósito de
olores, tengo la sensación de que los humanos le estamos restando importancia
al sentido del olfato o al menos queremos engañarlo y disfrazamos los olores para hacerlos
más agradables, aunque artificiales. Estoy casi segura de que si me vendaran
los ojos, sería incapaz de saber sólo por el olfato, si estoy en una tienda de
ropa, una papelería o una zapatería,
todo huele igual: a un intenso ambientador. Para disimular cualquier vestigio de mal
olor, acabamos uniformándolo todo.
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