Lo que nos faltaba...

LA GUERRA DE EL ALTET Y RYANAIR DEBE ACABAR

FUENTE:http://www.diarioinformacion.com/opinion/2012/03/21/guerra-altet-ryanair-debe-acabar/1235942.html

EDITORIAL El transporte aéreo ha sufrido una transformación tan grande en los últimos años que obliga a todos los operadores, públicos y privados, a un cambio de los viejos esquemas. La entrada en el mercado de las líneas de bajo coste ha echado por tierra muchos presupuestos que se daban como infalibles. Ha forzado alianzas de las antiguas compañías de bandera, ha generado nuevos transportistas y ha situado en el mapa de los destinos aéreos pequeños aeropuertos que parecían destinados al ocaso, si no al cierre de sus instalaciones. Pero el reflejo más contundente en estos cambios se ha producido en los clientes, en los usuarios del transporte por avión, que se han acostumbrado a conseguir, con el pequeño esfuerzo de mover el ratón del ordenador, comparar precios, elegir destinos impensados, buscar enlaces no directos a grandes destinos turísticos, y comprar al instante. Toda una revolución en el mundo del turismo de masas.

La Costa Blanca no sería lo que es hoy sin la inauguración en mayo de 1967 del aeropuerto de El Altet. Aquellas primeras instalaciones posibilitaron, por ejemplo, el Benidorm de nuestros días. No fue la compañía de bandera española, la entonces Iberia de capital totalmente público, la que impulsó aquel cambio sino el papel de los tour-operadores, agencias mayoristas de contratación de viajes que contrataban aviones para vuelos "charter" o generaron sus propias compañías de vuelo. Esta es una lección que no podemos olvidar; que conocen bien los hoteleros de Benidorm y también las autoridades de AENA, que tuvo que adaptar el aeropuerto a ese tipo de demanda. Así surgieron la primera ampliación de El Altet para dotarle de una terminal charter; la segunda reforma del aeropuerto, que ha durado casi hasta nuestros días; y el nuevo aeropuerto, inaugurado recientemente, pensado para las demandas de los próximos 20 años.

Alicante está enlazado por avión como no lo estuvo nunca: con unos ochenta destinos en dieciocho países del continente europeo, con cinco destinos en tres estados del Norte de África y con diecisiete aeropuertos en la España peninsular e insular. Pocos aeropuertos españoles y europeos pueden presentar esas cifras, que son importantes para que esta tierra siga siendo punto destacado en el turismo de masas, en el de negocios, o en servicios necesarios para las empresas exportadoras de esta provincia o para instituciones comunitarias como la OAMI, la Euroagencia con sede en Alicante. 

Todo ese esfuerzo, toda esa trayectoria de muchos años, no se puede modificar sin costes para la economía de esta tierra. Por eso es preocupante que alguna gran compañía aérea haya descartado El Altet como base en la Comunidad Valenciana o que la pugna entre la irlandesa Ryanair-AENA nos sobresalte cada dos por tres desde hace más de un año. No es posible, ni razonable, que la controvertida personalidad del presidente de Ryanair o el empecinamiento de algunos responsables de AENA, la empresa pública gestora de los aeropuertos españoles, choquen en perjuicio de los alicantinos y de los más de nueve millones de usuarios anuales del aeropuerto de El Altet. Tienen que encontrar puntos de acuerdo antes de tener que anunciar la cancelación de líneas competitivas y buscadas por los viajeros. Ryanair y AENA, defendiendo intereses a veces contrapuestos, tienen que poner en primer plano aquello tan viejo de "el cliente siempre tiene razón". Y el cliente, que somos los ciudadanos de esta Costa Blanca y los millones de turistas que nos visitan y repiten, quieren que se mantengan líneas, que no desaparezcan enlaces vitales, como el de Madrid, y que las conquistas de una navegación aérea como la actual no se pierdan.